Fui atropellada en un paso de peatones por un conductor que se dio a la fuga y mi trabajo (que AMO) es muy físico. Tanto el accidente en sí como la recuperación fueron abrumadores. El proceso legal era aterrador y yo no estaba preparada. Lo que lo hizo aún más difícil fue que el abogado con el que había estado trabajando tuvo que marcharse a mitad del proceso, lo que me dejó aterrorizada ante la idea de entablar una relación con un nuevo abogado, alguien a quien tenía que confiar todo lo mío en un momento realmente traumático. Finn salió adelante, contestó a mis preguntas con sencillez (que era todo lo que podía manejar en aquel momento), se ocupó de mis miedos y me consiguió un acuerdo aún más justo de lo que yo pensaba que conseguiría nunca. Excavó donde a otros no se les había ocurrido y luchó denodadamente para conseguirme la indemnización que merecía sin ningún estrés añadido para mí. Lo hizo tras hacerse cargo de un caso detallado sobre el que tuvo que aprenderlo todo y estudiarlo muy rápidamente, comprenderlo y sin ningún estrés añadido para su nuevo cliente. Lo ha conseguido y se lo agradezco de verdad. Recomiendo encarecidamente a Finn por mi experiencia personal como cliente suya.
